Parroquia Santa María Magdalena
Edificio de origen medieval, aunque su aspecto actual obedece a transformaciones y obras del S XVI.A partir de 1564, se llevo a cabo una remodelación del viejo edificio para convertirlo en una construcción gótico-renacentista. Fue entonces cuando se construyeron los dos tramos de pies pertenecientes a la nave central, con sus correspondientes capillas laterales. La cubierta es de bóveda estrelladas, con nervios que apean en ménsulas platerescas de yeso. También data de esta época el coro alto que se eleva sobre los pies.
Una segunda ampliación se llevo a cabo a finales del S XVI para ampliar con tres naves en dos tramos el templo, mas una cabezera poligonal, y la sacristía aneja. La capilla mayor es cubierta con un cascarón con motivos geometricos planos, pertenecientes a la época del manierismo.
En el exterior del templo se reflejan las distintas etapas de construcción de la obra distinguiéndose la parte medieval por sus muros de grandes sillares, mientras que en Las obras del siglo XVI se emplea el ladrillo, enriquecido en la fachada principal y cabecera con labores de temas geométricos de abolengo mudéjar. A Los pies emerge la torre con un fuste de cuerpos decrecientes con matacanes, labrados en silleria, que pertenece a la fábrica primitiva del temple.
El campanario, de ladrillo y disposición octagonal, es un añadido barroco del siglo XVIII. El interior lo preside un retabio, realizado entre 1642 y 1644 por el maestro Francisco Gurrea, vecino de Tudela, según trazas de Jerónimo de Esutaragán.
Su mazoneria tiene una arquitectura compleja propia de un manierismo tardio. Se compone de un doble banco y un cuerpo único de tres calles formadas por columnas sobre Las que montan frontones curvos abiertos y otros rectos en Las calles laterales. El conjunto lo preside una talla de Santa Maria Magdalena, de la época del retablo, mientras que a Las calles laterales y al ático corresponden pinturas de estilo italianizante y pretenebrista que representan la Ascensión, la Asunción, el Ecce Homo y la Virgen del Pilar.
También destaca el retablo de la Purisima, en cuyos dos cuerpos se reparten varias pinturas de estilo manierista italianizante con temas marianos, contratado en 1625 por el pintor Juan de Lumbier.
El pequeño retablo dedicado a San Antón, obra plateresca, fue realizada en 1551 por Pierres del Fuego, entallador de Tarazona.
Mención especial merece una escultura de la Virgen con el Niño en brazes que data de mediados del siglo XVI y puede relacionarse con el circulo de Damián Forment; se guarda en el Museo Diocesano de Pamplona.
La talla de San Jose, de incipiente naturalismo barroco, fue realizada hacia 1620 par el escultor de la tierra Juan de Biniés.
El tesoro parroquial posee un Copón de plata dorada, pieza del primer cuarto del siglo XVI con esquema gótico y decoración plateresca, que lleva estampado el punzón de Zaragoza.
De esta misma centuria es un cáliz plateresco de plata dorada. Contó con Las ermitas dedicadas a San Miguel, la Purisima Concepción y San Juan de Pedriz, hoy desaparecidas.

Castillo de Ablitas
Fue reedificado posiblemente a raíz de la conquista de la villa par Alfonso I el Batallador. En 1276 prestó homenaje a la reina Juana par ésta y otras cinco fortalezas el merino Martin Ruiz de Aíbar. Cuatro años después se trabajaba en labrar de nuevo el muro exterior, que se habia desplomado.
En 1320 era alcaide Juan Le Chat, que percibía par la retenencia 10 Libras y 50 cahices de trigo. Se llevaron a cabo obras de reparación en 1357, que continuaban en 1360 siendo alcaide Beltrán de Ribaforada. El castillo sobrevivió a Las demoliciones decretadas en 1516 y 1521.

Palacio
El señor de Ablitas figuraba entre Los gentiles hombres remisionados hacia el año 1520, según una relación de esa época.
El conde aparece consignado como de cabo armería en la nómina oficial del reino, y se constató su existencia en el rolde de 1637. El año 1788 el titulo había recaído ya en el conde de Montijo.

Yacimiento romano de El Villar
El Villar de Ablitas es un yacimiento arqueológico que se localiza al Sur de Navarra, a 3,7 Km al Este de la población de Ablitas y a la izquierda de la carretera que une esta localidad con Ribaforada. Se enmarca dentro de las grandes “villae rustica”, que organizan el territorio rural en época romana de la zona del Valle del Ebro y de sus afluentes, en este caso, del río Queiles, aunque no se sitúa en su vega propiamente dicha.
